Hay una amistad que nunca se puede comparar con el resto. Es esa amiga que ha crecido contigo, que ha vivido junto a ti muchos momentos buenos e incomparables. Esa amiga que en los momentos malos te hacía vivirlos con una sonrisa porque estaba junto a ti. Era quien sabía todos tus secretos y conocía tus virtudes y tus defectos. La cual siempre que la necesitabas ahí estaba ella y siempre que te necesitaba ahí estabas tú. Y es que no era solo una amiga también era tu hermana, como se decía: "Hermanas no de sangre pero si de vida". Esa clase de amistad te deja marcada para siempre.
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