sábado, 24 de agosto de 2013

Esperando para siempre.

Agatha estaba esperando como siempre sentada en la barra de la cafetería tomando como siempre un capuchino. Siempre en la misma cafetería en la que la buscaban sus amigas. Pero este día era diferente. Mientras Agatha esperaba, pacientemente, recordaba que sus amigas siempre iban a ella cuando no tenían a nadie más y siempre iban con problemas para que ella los solucionara. Parándose a mitad de un sorbo de su capuchino se dio cuenta de que no eran amigas de verdad, que estaba harta de ser el comodín, harta de estar esperando. Entonces rápidamente se bebió el capuchino, se levantó y ya nunca más volvió a esperar.