domingo, 11 de diciembre de 2011

El ocaso es hielo.

Llegan días que para la gente son tristes, son días en los que no te apetece hacer nada. Las calles son desiertas cubiertas por una fina capa de hielo, todo el mundo esta en sus casas con alguien especial o con la familia. Menos una chica, una joven de 16 años que pasea sola por las calles, pensando que está sola, que no encontrará a nadie que cambia su ocaso de hielo a ocaso de agua por haberlo derretido. Pero de repente alguien aparece también andando solo, un joven chico de su edad más o menos. Cruzan miradas ninguno dice nada, dentro de ellos mismos están sonriendo tontamente, se miran detenidamente de reojo, se vuelven a encontrar sus miradas y los dos sonríen sonrojados. Entonces los dos ya saben que hasta en el ocaso más frío sin esperarlo puede aparecer esa persona que te encienda una llama, una pequeña llama que provoque que el hielo de su alrededor se derrita y poco a poco se acaba derritiendo todo el hielo y el ocaso ya no sea frío si no caliente que te haga sentir esa clase de calor tan acogedor y que solo quieres compartir con alguien especial.


Firmado: Sammy una soñadora del amor.